viernes, 15 de agosto de 2008

Asi nace un socialista.-


Este post no es una narración de carácter político sino un puño de recuerdos de aquellos hombres que hace ya mas de 50 años lucharon por la igualdad entre todos los habitantes de un país, en una época en que los grandes capitalistas y anarquistas oprimían al pueblo.
Hoy en día no han cambiado mucho los estereotipos pero por lo menos en algunos lugares del mundo hay libertad de expresión y los que luchan por una causa ya no tienen que esconderse en las montañas.

RECUERDOS DE UN PRISIONERO

Releemos un libro de Francisco Jesús, escritor revolucionario que siendo nicaragüense luchó en Venezuela toda su vida. Relata en este breve libro un incidente que quiero compartir con Uds. Dice Francisco:

"Nos agarraron en Valencia, a mi y al Chino, estábamos pintando las paredes con lápices de cebo y negro humo, formábamos parte de una protesta por el aumento de una locha en el litro de leche. Los policías municipales nos trataron bien, casi con cariño, sería porque éramos unos niños.

Cuando llegamos al calabozo nos recibieron con canciones y gritos revolucionarios, yo no conocía de nada, el Chino era el político, yo de frasquitero fui a acompañarlo, ahora estaba arrepentido, ¡dígame eso, preso yo! que soy corrido en diez mil plazas, preso por una pintá contra el aumento de la leche, qué me importa a mí la leche, ni que fuera un carajito, yo lo que tomo es cerveza, quién me manda a meterme en lo que no me importa.
En la cárcel los días pasaban monótonos: en la mañana un curso de Socialismo que dictaba un tal Nery, al medio día ejercicio, y en la noche reunión de calabozo para discutir tonterías, discusiones interminables, por cualquier palabra nos fajábamos como si de un asunto de vida o muerte se tratara. Los días pasaban. Nery hablaba de materialismo dialéctico, y yo me dormía, decía que las clases sociales son antagónicas, y para mí era una grosería nueva. Un día dijo que estábamos en una lucha armada continuidad de la de Bolívar y Zamora ¡Tonterías, pensé! No podía ser la misma porque ahora no había caballos.

Una noche tocaron ¡alerta, todos contra la pared! La guardia iba a entrar en el calabozo, fue falsa alarma, se trataba de un grupo de nuevos prisioneros. En la mañana, saludamos a los nuevos colegas: un viejo y dos muchachos, eran campesinos de Lara, parcos en el hablar, pero cordiales, su olor a humo me impresionó, era el olor de la montaña, eso lo supe después.

Me senté en el suelo a desayunar junto a ellos, hicimos una rueda, alguien se acercó y le obsequió al viejo un vaso de gaseosa. El viejo se paró y la repartió entre los cinco presos que formábamos la rueda, a cada uno nos tocó un sorbito, y al viejo el sorbito menor. Aquello me estremeció, yo que venía de un barrio donde escupíamos los raspados para que no nos pidieran, o nos comíamos las empanadas escondidos, y sacábamos los cigarros Fortuna de uno en uno para no compartir.

En la tarde se llevaron a los tres nuevos, antes de irse le pregunté al viejo por qué había repartido el refresco, él me contesto: "es muy simple, somos socialistas, y el bienestar de todos es el bienestar de cada uno".

Desde ese día me hice socialista. Con el tiempo supe que aquel viejo se llamaba Argimiro…

“SOMOS LA VIDA Y LA ALEGRÍA,
EN TREMENDA LUCHA,
CONTRA LA TRISTEZA Y LA MUERTE”
“Argimiro Gabaldón”

Para los que no conocen, Argimiro Gabaldón fue educador, periodista, deportista, alfabetizador en las zonas clandestinas, pintor y hasta locutor clandestino de su “ Radio Liberación “ y un constante luchador por las causas socialistas en territorio larense, hasta que una bala perdida le cegó la vida un Diciembre del 64. Con tan solo 45 años de edad, el “viejo” al que se refiere Francisco Jesús, terminó sus días de luchador incansable a favor de conseguir una igualdad entre el sector en donde había crecido...el campesino.
A la hora de la lucha contra el perezjimenismo, fue el primero en plantear que no se trataba sólo de cambiar al dictador por otro gobernante, sino que había que ir a la raíz de ese acontecer para que los cambios fuesen trascendentes y no formales. Fue entonces cuando comenzó a discutir la tesis de la necesidad de la lucha armada, como respuesta a un gobierno represivo y criminal.
Hoy, en estos tiempos de creación y construcción del Socialismo del Siglo XXI, del Poder Popular Revolucionario y de la lucha por la autodeterminación, la dignidad y el antiimperialismo se presenta para el Pueblo la obra pictórica del maestro y revolucionario integral Argimiro Gabaldón “El Comandante Carache” y su pensamiento convertido en poesía nos canta:

Habla tu lengua
¡La lengua del Pueblo!
Te entenderán en todas partes.
¡Claro que te entenderán los Pueblos!
Todos tenemos una misma gramática,
Se escribe con dolor, con sangre, con miseria...
Nos habla de una esperanza, de un mundo distinto.
Argimiro Gabaldón (1960)

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