Culto como muchos de los de su generación que estudiaron en colegio de curas y que lograron cursar una carrera universitaria y sobre todo siempre dispuesto a echar una mano, en la medida de sus posibilidades, a quien lo necesitara.
No fue rico en dinero, aunque nunca la pasó mal, pero si fue rico en el amor que le dieron sus 7 hijos los cuales educó y mantuvo mientras pudo y a pesar de su origen pudiente siempre mantuvo una sencillez ejemplar.
Era apasionado de la lectura, prácticamente devoraba libros y ese legado le fue dejado a varias de sus hijas, tenía en su casa colecciones de enciclopedias y cuentos con los que narrarle historias por las noches. Siempre estuvo muy enamorado de su esposa, y como él había sido hijo único su sueño era tener una familia grande...el resultado: muchas mujeres y un solo varón al cual la vida le regalo solo sus primeros 10 años. La gente de la ciudad donde vivía lo querían mucho, y cuando enfermó muchos fueron a ponerse a sus órdenes y a desearle su pronto restablecimiento. Por desgracia sus riñones habían dejado de funcionar y las complicaciones se hicieron presente.
Pronto llegó el día de su partida, su funeral fue impresionante, aún lo recuerdo, todos sus alumnos, sus ex empleados, sus amigos acudieron a darle el último adiós. Recuerdo la iglesia llena, recuerdo el lugar lleno de flores donde le dijimos el último adios…. Hubo muchas lágrimas, pero también muchas risas al recordar las anécdotas y ocurrencias de Don Miguel...
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