Lograron elaborarla en laboratorio a partir de un cromosoma sintético con una computadora; este avance serviría para el desarrollo de nuevas vacunas y carburantes
Investigadores estadounidenses lograron crear la primera célula bacteriana viva con un genoma sintético, lo que abriría el camino a la fabricación de organismos que puedan producir carburante limpio o acelerar la producción de vacunas, en un avance considerado por otros como una "caja de Pandora".
"Se trata de la creación de la primera célula viva sintética", indicó Craig Venter, creador del Instituto del mismo nombre y coautor de la primera secuenciación del genoma humano, develada en 2000.
"La llamamos sintética porque la célula se deriva totalmente de un cromosoma sintético, creado con cuatro frascos de químicos en un sintetizador químico, comenzando con información en una computadora", explicó, calificando el logro como una "etapa importante, científica y filosóficamente".
El logro "cambia ciertamente mi visión de la definición de la vida y de su funcionamiento", añadió el investigador, cuyos trabajos son difundidos en la revista estadounidense Science del 21 de mayo. "Esto se convierte en un instrumento muy poderoso para intentar diseñar lo que esperamos de la biología y pensamos en una gama muy amplia de aplicaciones", precisó.
Venter había anunciado en 2008 que logró con su equipo fabricar un genoma bacteriano 100%sintético pegando secuencias de ADN sintetizadas para reconstituir el genoma completo de la bacteria Mycoplasma genitalium. Este genoma fue luego trasplantado a otra bacteria, pero sin que ésta pudiera funcionar.
Para crear una célula controlada por un genoma sintético, los investigadores retomaron estas dos técnicas elaboradas en 2008. El genoma que fabricaron es la copia de un genoma existente, el de la bacteria mycoplasma mycoides, pero con secuencias de ADN adicionales para distinguirlas. Luego trasplantaron este genoma sintético a otra bacteria, denominada mycoplasma capricolum, logrando "activar" las células de ésta última.
Pese al hecho de que 14 genes fueron borrados en la bacteria receptora del genoma sintético, ésta se parecía a una bacteria mycoplasma capricolum, precisaron los autores del trabajo.
"Aunque estas técnicas pueden generalizarse, la concepción, la síntesis, el ensamblaje y el trasplante de cromosomas sintéticos ya no serán obstáculos a los progresos de la biología sintética", indicaron en su estudio.
Según Craig Venter, ahora los investigadores intentarán concebir algas capaces de capturar el dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero, y de producir nuevos carburantes limpios.
También hay investigaciones en curso para acelerar la producción de vacunas, fabricar nuevas sustancias químicas, ingredientes alimentarios y bacterias capaces de purificar el agua.
"La habilidad de escribir rutinariamente la ingeniería de la vida conducirá a una nueva era en la ciencia, y con ella, a nuevos productos y aplicaciones como biocombustibles avanzados, tecnología de agua limpia y nuevas vacunas y medicinas", aseguró el instituto en su sitio de internet, añadiendo que es necesario un diálogo intenso "con todas las áreas de la sociedad, desde el Congreso hasta especialistas en bioética".
En cambio, para Pat Mooney, director del ETC Group, organismo internacional privado de control de las tecnologías, con sede en Canadá, este trabajo es una "caja de Pandora".
"La biología sintética es un campo de actividad de alto riesgo mal comprendida motivada por la búsqueda de beneficios", estimó. "Sabemos que las formas de vida creadas en laboratorio pueden convertirse en armas biológicas y amenazar también la biodiversidad natural", añadió en un comunicado.
Investigadores estadounidenses lograron crear la primera célula bacteriana viva con un genoma sintético, lo que abriría el camino a la fabricación de organismos que puedan producir carburante limpio o acelerar la producción de vacunas, en un avance considerado por otros como una "caja de Pandora".
"Se trata de la creación de la primera célula viva sintética", indicó Craig Venter, creador del Instituto del mismo nombre y coautor de la primera secuenciación del genoma humano, develada en 2000.
"La llamamos sintética porque la célula se deriva totalmente de un cromosoma sintético, creado con cuatro frascos de químicos en un sintetizador químico, comenzando con información en una computadora", explicó, calificando el logro como una "etapa importante, científica y filosóficamente".
El logro "cambia ciertamente mi visión de la definición de la vida y de su funcionamiento", añadió el investigador, cuyos trabajos son difundidos en la revista estadounidense Science del 21 de mayo. "Esto se convierte en un instrumento muy poderoso para intentar diseñar lo que esperamos de la biología y pensamos en una gama muy amplia de aplicaciones", precisó.
Venter había anunciado en 2008 que logró con su equipo fabricar un genoma bacteriano 100%sintético pegando secuencias de ADN sintetizadas para reconstituir el genoma completo de la bacteria Mycoplasma genitalium. Este genoma fue luego trasplantado a otra bacteria, pero sin que ésta pudiera funcionar.
Para crear una célula controlada por un genoma sintético, los investigadores retomaron estas dos técnicas elaboradas en 2008. El genoma que fabricaron es la copia de un genoma existente, el de la bacteria mycoplasma mycoides, pero con secuencias de ADN adicionales para distinguirlas. Luego trasplantaron este genoma sintético a otra bacteria, denominada mycoplasma capricolum, logrando "activar" las células de ésta última.
Pese al hecho de que 14 genes fueron borrados en la bacteria receptora del genoma sintético, ésta se parecía a una bacteria mycoplasma capricolum, precisaron los autores del trabajo.
"Aunque estas técnicas pueden generalizarse, la concepción, la síntesis, el ensamblaje y el trasplante de cromosomas sintéticos ya no serán obstáculos a los progresos de la biología sintética", indicaron en su estudio.
Según Craig Venter, ahora los investigadores intentarán concebir algas capaces de capturar el dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero, y de producir nuevos carburantes limpios.
También hay investigaciones en curso para acelerar la producción de vacunas, fabricar nuevas sustancias químicas, ingredientes alimentarios y bacterias capaces de purificar el agua.
"La habilidad de escribir rutinariamente la ingeniería de la vida conducirá a una nueva era en la ciencia, y con ella, a nuevos productos y aplicaciones como biocombustibles avanzados, tecnología de agua limpia y nuevas vacunas y medicinas", aseguró el instituto en su sitio de internet, añadiendo que es necesario un diálogo intenso "con todas las áreas de la sociedad, desde el Congreso hasta especialistas en bioética".
En cambio, para Pat Mooney, director del ETC Group, organismo internacional privado de control de las tecnologías, con sede en Canadá, este trabajo es una "caja de Pandora".
"La biología sintética es un campo de actividad de alto riesgo mal comprendida motivada por la búsqueda de beneficios", estimó. "Sabemos que las formas de vida creadas en laboratorio pueden convertirse en armas biológicas y amenazar también la biodiversidad natural", añadió en un comunicado.
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